Caro Diario,
te cuento que me vino bien un finde tan largo, aún con sus interrupciones emocionales.
He puesto el punto final a la traducción de mi último libro, ese "Hablarte de viajes" que me llevó a recorrer caminos alegres con una sonrisa (aunque a veces temblorosa) y caminos muy tristes con el alivio de sentir que nunca los anduve sola.
Cuando se escribe sobre algo tan visceral como es la partida de un hijo, creo que el amor de los que quedan, es lo que sostiene. Aunque la catarsis es fruto de nuestra mirada sincera y descarnada, hacia nuestro profundo interior, el sosten amoroso es lo que permite sublimar el dolor.
De este amor se alimenta mi vida, hoy.
Es a este clan ìntegro, mi familia, suave como el terciopelo y al mismo tiempo fuerte como la roca, a quien les debo las gracias.
Porque al rescribir, los volví a encontrar a todos.
Esta edición en italiano, que se llamará "Ti parlo di viaggi" será testigo, para los que nos conocen de lejos, de que digo la verdad.
Gracias a mis hijos, a Susi y Carlos, hijos del corazón y, sobre todo, gracias a mis incondicionales nietos. No hubo cosa más entrañable que traducir sus cartas y sus actitudes.
Los amo y los bendigo a todos y cada uno.
Para aflojar la emoción, les diré que ahora espero que la imprenta no me haga renegar y me haga un lindo libro...antes de que me vaya!
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