domingo, 30 de enero de 2011

El tiempo no es una medida válida


Sí, dividir el tiempo en minutos, horas, días, años es una falacia.
El tiempo, nuestro tiempo, es tan sólo nuestra vida. Un espacio personal en la eternidad, muy corto con respecto a lo mucho que representa el universo y nuestro paso por él.
Entonces no repetiré la frase hecha de cuánto hace que no escribo en las páginas de este Caro Diario.
Podré decir, vuelvo a él, desde el último acontecimiento que quedó registrado.
Acontecimiento, es decir lo que sucede, lo que nos pasa y por dónde pasamos mientras tanto. Mientras transcurrimos ese breve espacio que es nuestra vida.
Me encantaría ser cronólogica, como en las composiciones de 4º grado, como pasaste las vacaciones.
Todo lo que esperaba, lo bello, pasó mucho más de prisa de lo que me ocupó el prepararlo.
Nació "Gotas Azules", los primeros pasos entre burbujas, chispeantes, luego dejó de ser mío. Los ecos que despertó me alegraron como todo elogio a un recién nacido.
LLegaron Fernanda y Camilla y cada cosa estuvo perfecta. Encontraron lo que vinieron a buscar: mi gran familia, nuestro clan en el cual las incluímos. Adoraron Buenos Aires. Todo fue muy apretado e intenso; el paso por nuestro mundo tan distinto en lo geográfico, en lo cultural y también en lo familiar. Un deslumbramiento trás otro. La Navidad, lejos de la nieve, con luces en un patio florido y el Año nuevo, con el rugido de la Garganta del Diablo, como fondo mágico.
El viaje a Iguazú, una zambullida en algo tan grandioso como inimaginado. Ver el asombro en la cara de las dos y, particularmente, la expresión de no es posible que yo esté aquí , de Fernanda, en sus 8ava decáda,
hicieron que ese paréntesis me diera la fuerza que iba a precisar, luego, cuando tuve que enfrentar otra de "las cosas que pasan" mientras tratamos de vivir y ahí no más, se acaba una vida, se acaban las risas.
Cosas que nos tratan mal, como seguir durante un mes la agonía de mi hermano, un calvario che remontamos juntos, sus hijas, su mujer. yo y los muchos que lo amamos, para descenderlo poco a poco, él desangrandose y nosotros exangües, hasta llegar a despedirlo, ayer.
Ahí quise encontrar algo para decirle, que nos uniera en el adiós y algo que, al final, nos trajera el eco de su risa.
De ese modo quise decirte, hermano, hasta luego, ya nos vamos a encontrar. Sé que es así, que emprendiste tu viaje ya sin dolor, con tu risa, César, hacia la Luz, a tu manera.
Quizás el creerlo me ayude a encontrar la paz.

Hermanos
...Hoy nos rodean corolas
hay perfumes en nuestro atardecer.

Nos miramos, y al mirarnos decimos:
la vida, no fue en vano.
de "Gotas azules"






2 comentarios:

  1. Un abrazo apretado, lleno de cariño, fuerza y luz.
    Beso enorme!

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  2. Gracias, Andrea.
    Recibo y me aprieto a tu abrazo
    Rosanna

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