jueves, 11 de marzo de 2010

trabajar con vista al río

Caro Diario,
estoy muy contenta de la acogida de mi llamado de ayer. Grande cosas verás...estoy segura.
Hoy se anunciaba como un día de trabajo complicado, pero, gracias a Dios, decidió mejorar.
Al fín, logré firmar un contrato (que no podía imprimir!) en un piso 12º sobre Av.Libertador, frente al hipódromo de Palermo.
La vista, en el aire ligeramente brumoso, me sugería un cuadro impresionista. Faltaron las cámaras de mis nietos para darle vida.
Abajo, en primer plano, la arena trajinada por los Pura Sangre, el "codo" y el "disco" que al bajar despierta los gritos de los "burreros". Felices o desesperados, según besen el boleto o lo hagan bolita descartable. Hoy estaban vacías, las tribunas, pero el eco está ahí.
Detrás, una gruesa pincelada de verde y ahí casi pegada, la sábana rojiza del río. También desierto. Claro, me dije, es jueves, faltan las velas del fin de semana. Aunque las olas van y vienen, indiferentes.
Y acá viene a cuento, el poema de esta noche.

Pleamar

Agua inquieta, coqueteas con la orilla, vas y vienes, lames, besas y estremeces la vera que se entrega sedienta.
Lentamente te alejas.
Sin decir el por qué, vas detrás de la luna, dejando al sol que se adueñe de una orilla que arde.
De repente, te vuelves.
Sin decir el por qué. Entre espumas irrumpes, y comienza el vaivén con que engañas la orilla que sedienta, se entrega.


Rosanna Altieri .

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