Reflexiones
Hace unos días aparecieron en Face Book unas foto muy coloridas
(y muy concurridas) tomadas en el carnaval de Río. No me hubieran sorprendido
mayormente si no fuera porque aparecieron en el medio de las que, en esa
semana, plagaron mi “Inicio”. Fotos tomadas también en Río, que difundían la más
que multitudinaria concentración callejera que recibió la gira brasileña de
Papa Francisco.
Dos tomas, dos fiestas.
Una pagana, desborde de una alegría contenida durante un año,
en el cual cada uno vive su vida, lo mejor que puede; en él que algunos sueñan,
entre costuras de trajes y tangas, que el brillo de las lentejuelas, las danzas
y la bebida, les aseguren la felicidad...al menos en esa semana. Esto va para
locales y visitantes.
La otra, religiosa, desborde de una Fe para muchos olvidada
hasta ese momento. Sin preparativos previos, otra (¿?) multitud (de locales y visitantes)
llenó la ciudad detrás de una sotana blanca (sin brillos ni lentejuelas). También hubo danzas y cantos.
¿Alcohol?...puede ser, la vigilia fue larga y lluviosa. Ahí, bajo la lluvia, una
voz nueva no les “aseguraba” la
felicidad, sino que les pedía compromiso y lucha para lograr que esa felicidad pueda extenderse a los lugares donde nunca
llegó. Ahí dónde desde la más mísera de
las miserias, se la procura con lo que se tiene a mano, sea droga, alcohol y/o
violencia.
Palabras claras que arriesgan ser mal entendidas y tergiversadas, si no
fueran pronunciadas con tanta seguridad. “Francesco” no se va por las ramas, ni
hablando ni obrando. Pide que recemos por él y lo necesita mucho, porque la
“limpieza” molesta a los sucios y
emprendiéndola desde los sótanos del Vaticano,
muchas ratas van a tratar de defenderse.
Entonces, así empezó y por supuesto, es legítimo esperar que
siga hasta el fondo.
En cuanto a las preguntas sobre Benedicto, aunque admito que
no sabemos “todo”, se me da por suponer
que su retiro voluntario fue el primer
paso hacia un gran cambio. Cambio que tal vez, su ortodoxia no le permitía encarar, aún reconociendo la necesidad. De
hecho la primera encíclica de Francesco, no sólo fue publicada conjuntamente,
sino que conjuntamente redactada.
Concluyendo estas reflexiones, exhorto a los que se sienten
molestos por la Panchomanía, a que se sosieguen, porque van a tener que
soportar más de un exabrupto de este Papa “sudaca”.
Él lleva en sí (piénsenlo un momento) muchas de las
prerrogativas de sus orígenes: vehemente como sus ancestros piamonteses, e
histriónico como sus conciudadanos. porteños.
Ves, caro Diario, hoy salimos de nuevo al mundo (basta de
mirarse el ombligo!!). aunque no del todo, ya que “me contesto” la pregunta del
título: no hay dos multitudes, es una sola, la que nos comprende a todos, la
que sin hacer una cuestión de Fe,
comparte la esperanza y la búsqueda
de la felicidad…¿qué más da? Son interdependientes, ¿Quién no “espera” ser
felíz?
Todos, cada uno a su modo, pero, todos.
Y para cerrar con Francisco Iº, recordemos sus palabras: el hombre tiene el deber de ser felíz..